UNIDAD 2: CORRIENTES FILOSÓFICAS SOCIALES


2.1 Pensamiento social clásico griego:

Lo original del pensamiento griego en el siglo VI a. de J.C. consiste en que una serie de pensadores van a intentar explicar el mundo (incluyendo seres vivos, objetos e ideas) prescindiendo de las fuerzas divinas a las que recurren las explicaciones míticas. De esta manera van a surgir las primeras explicaciones científicas, racionales, que si bien un tanto ingenuas en este momento, van a poner los cimientos de lo que hoy en día consideramos como ciencia Occidental

Los Griegos iniciaron la filosofía occidental, creyendo alguno de ellos que fueron los que descubrieron al hombre, ahora bien, el hombre para los griegos sólo es un ciudadano, porque fuera de la ciudad, pensaban, como Aristóteles, que el humano estaba entre animal y dios.

Este pensamiento griego liderado por Platón dio importancia a la razón, considerando al hombre el único ser capaz de adquirir ciencia fundada en razonamientos, aunque Aristóteles precisó que existen tres cosas fundamentales: la naturaleza, el habito y la razón, ésta última es lo que utiliza el hombre para, si lo considera necesario o preferible, ir contra alguna de las otras dos y gracias a la ciencia desarrollarse, a diferencia de los animales que sólo pueden ser naturaleza pura con alguna pequeña cantidad de hábitos.

PLATÓN

Principios

1. La sociedad y el estado deben encargarse del bienestar de todos

2. La sociedad es el medio de vida "natural" del hombre.

3. Una sociedad ideal debe conformarse dentro de una ciudad ideal en la que el establecimiento de las diferentes clases sociales esté plenamente determinado

4. Predominio de la ciudad-estado como forma de organización de la vida social

Ideal político – social

1. Creación de una sociedad ideal

2. Conformación de una República con clases sociales determinadas por su formación académica y filosófica.

3. Formación del individuo desde un punto de vista más integral, pero enfocado a la clase social a la que debe pertenecer.

4. Las riquezas sólo deben pertenecer a la clase que las producen (los artesanos)

5. Preparación de individuos especialmente para gobernar

Legado

1. Concepción de organización del Estado a través de la conformación de la República

2. Clasificación de las clases sociales

3. Responsabilidad del Estado en la educación de sus ciudadanos

4. Nacimiento y conceptualización de la palabra de la “democracia”

ARISTÓTELES

Principios

1. El hombre es un animal social (zóon politikon), es decir, un ser que necesita de los otros de su especie para sobrevivir.

2. Toda sociedad debe estar regulada por normas y reglas.

3. El núcleo originario de la comunidad social o política es la familia.

4. La sociedad y el Estado deben garantizar deben garantizar el bien supremo de los hombres.

Ideal político – social

1. Distribución más homogénea de la riqueza

2. Monarquía, Aristocracia y Democracia como formas de gobierno aceptables

3. Alternabilidad de las funciones de Gobierno

4. Predominio de la clase media

Legado

1. Conceptualización de la familia como célula fundamental de la sociedad

2. Establecimiento de constituciones y leyes que rijan el comportamiento de los ciudadanos

3. Reforzamiento del concepto de democracia
2.2 Corrientes sociológicas de los siglos XVIII al XX

Liberalismo

El liberalismo es un sistema filosófico, económico y político, que promueve las libertades civiles pero se niega aceptar la libertad colectiva; se opone a cualquier forma de despotismo, suscitando a los principios republicanos, siendo la corriente en la que se fundamentan la democracia representativa y la división de poderes.

Aboga principalmente por:

• El desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, el progreso de la sociedad.

• El establecimiento de un Estado de Derecho, donde todas las personas sean iguales ante la ley, sin privilegios ni distinciones, en acatamiento con un mismo marco mínimo de leyes.

Sus características principales son:

• El individualismo, que considera al individuo primordial, como persona única y en ejercicio de su plena libertad, por encima de todo aspecto colectivo.

• La libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos: libertad de pensamiento, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite consiste en la libertad de los demás, y que debe constituir una garantía frente a la intromisión del gobierno en la vida de los individuos.

• El principio de igualdad entre las personas, entendida en lo que se refiere a diversos campos jurídico y político. Es decir, para el liberalismo, todos los ciudadanos son iguales ante la ley y ante el Estado.

• El derecho a la propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa individual, y como derecho inalterable que debe ser salvaguardado y protegido por la ley.

• El establecimiento de códigos civiles, constituciones, e instituciones basadas en la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y en la discusión y solución de los problemas por medio de asambleas y parlamentos.

• La Tolerancia Religiosa.

Positivismo

El Positivismo es una corriente o escuela filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación positiva de las teorías a través del método científico. El positivismo deriva de la epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Augusto Comte y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad de dicho siglo. Según esta escuela, todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la experiencia. Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue la Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio científico.

Esta corriente tiene como características diferenciadoras la defensa de un monismo metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable en todas las ciencias). Creen que tiene que haber una unidad de método a pesar de que haya una diversidad de objetos. La explicación científica ha de tener la misma forma en cualquier ciencia si se aspira a ser ciencia, específicamente el método de estudio de las ciencias físico-naturales. A su vez, el objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como medio para otros fines (razón instrumental). La forma que tiene de conocer es inductiva, despreciando la creación de teorías a partir de principios que no han sido percibidos objetivamente. En metodología histórica, el positivismo prima fundamentalmente las pruebas documentadas, minusvalorando las interpretaciones generales, por lo que los trabajos de esta naturaleza suelen tener excesiva acumulación documental y escasa síntesis interpretativa.

Estructuralismo

Es un enfoque de las ciencias humanas que creció hasta convertirse en uno de los métodos más utilizados para analizar el lenguaje, la cultura y la sociedad en la segunda mitad del siglo XX. En términos amplios y básicos el estructuralismo busca las interrelaciones (las estructuras) a través de las cuales se produce el significado dentro de una cultura. De acuerdo con esta teoría, dentro de una cultura el significado es producido y reproducido a través de varias prácticas, fenómenos y actividades que sirven como sistemas de significación (se estudian cosas tan diversas como la preparación de la comida y rituales para servirla, ritos religiosos, juegos, textos literarios y no literarios, formas de entretenimiento...). La novedad que introduce el estructuralismo no es la idea misma de estructura, que ya está presente de forma continua a lo largo del pensamiento occidental, sino la eliminación en la misma de un concepto central que ordena toda la realidad, como las ideas platónicas.

El iniciador y más prominente representante de la corriente fue el antropólogo y etnógrafo Claude Lévi-Strauss (década de 1960), que analizó fenómenos culturales como la mitología, los sistemas de parentesco y la preparación de la comida. Durante las décadas del '40 y el '50, la escena filosófica francesa se caracterizó por el existencialismo, fundamentalmente a través de Sartre, apareciendo también la fenomenología, el retorno a Hegel y la filosofía de la ciencia, con Gastón Bachelard.

Pero algo cambia en la década del 60 cuando Sartre se orienta hacia el marxismo, surge una nueva moda, el estructuralismo. Lévi-Strauss inicia este nuevo movimiento, basándose en las ideas de la etnología, al que luego le seguirán Lacan, en el psicoanálisis, Louis Althusser en el estudio del marxismo y finalmente, Michel Foucault. Cabe ser destacado que Althusser y Foucault rechazaron la clasificación de su pensamiento dentro del estructuralismo, y en rigor, únicamente Lévi-Strauss realizó una reflexión explícita sobre el estructuralismo como método. En cualquier caso, se trata de un alejamiento de perspectivas historicistas o subjetivistas bajo el intento de hallar una nueva orientación para la investigación.

Marxismo

El socialismo científico es el nombre con el que se buscó distinguir al marxismo de Karl Marx y Friedrich Engels del resto de las corrientes socialistas existentes a mediados del siglo XIX, y que por no incluir sus premisas teóricas son calificados de forma opuesta como socialismo utópico. El marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo y periodista revolucionario alemán, quien contribuyó en campos como la sociología, la economía y la historia, y de su amigo Friedrich Engels, quien le ayudó en muchos de sus avances en sus teorías.

Para distinguir la doctrina inicial de las corrientes derivadas, al marxismo propuesto por Marx y Engels se ha denominado históricamente como socialismo científico.

Las premisas teóricas del socialismo científico conciben éste como el análisis científico de la sociedad, que a través del materialismo histórico extrae las leyes de su evolución, con una perspectiva determinista. Aunque el mismo concepto de socialismo no sea original del marxismo (como movimiento político se le encuentran precedentes fundamentalmente en los ciclos revolucionarios franceses desde 1789 hasta la Revolución de 1848), sí es completamente original su aplicación del método dialéctico (filosofía idealista alemana de Hegel) a la ciencia económica clásica (sobre todo inglesa: Adam Smith y David Ricardo). Con la conjunción de estas tres tradiciones europeas se llega fundamentalmente al concepto de plusvalía y la interpretación marxista de la lucha de clases, con la conclusión de que por necesidad histórica se ha de terminar imponiendo una dictadura del proletariado que llevaría en el futuro a una sociedad sin clases o sociedad comunista. Karl Marx no se consideraba de ningún modo el fundador del socialismo ni despreciaba a los pensadores anteriores, como puede comprobarse en la siguiente cita: «En cuanto a mí, no me cabe el mérito de haber descubierto ni la existencia de las clases en la sociedad moderna ni en su lucha entre sí». Karl Marx ofrece un esbozo de su pensamiento y explica el proceso intelectual que siguió para llegar al socialismo científico en el prólogo a la "Crítica de la Economía Política" de 1859.

Teoría Keynesiana

Keynesianismo, teoría económica basada en las ideas de John Maynard Keynes, tal y como plasmó en su libro Teoría general sobre el empleo el interés y el dinero, publicado en 1936 como respuesta a la Gran Depresión en los años 1930.

John Maynard Keynes creador del Keynesianismo. La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos. El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada. Keynes invierte la Ley de Say.[6] Para el no es la producción la que determina la demanda sino la demanda la que determina la producción. (ver Teoría general sobre el empleo el interés y el dinero, caps 1, 2, 3, etc). Esto porque los empresarios -o quienes intentan serlo- invierten sobre la base de una percepción central: la diferencia entre la tasa de interés y la tasa de ganancia.[7] A la mayor diferencia en favor de la última, lo más posible es que se invierta. Pero esa tasa de ganancia depende de la demanda. Mientras tanto, los consumidores ya sea consumen o “ahorran” (defieren consumo) no solo cuando la tasa de interés sube sino también en relación a la percepción de la evolución futura tanto de sus ingresos como de los precios de bienes de consumo, etc.[8] Se establece así una relación compleja. Keynes aduce que el problema comienza cuando contemplamos el circuito económico en su conjunto (lo que introduce la macroeconomía).

Teoría Neoliberal

El Neoliberalismo es una teoría hija de fines del siglo XX y vigente en la actualidad del siglo XXI. Con este vocablo se caracteriza a una serie de postulados económicos, filosóficos, sociales y políticos, que retoman fundamentos básicos del Liberalismo, surgido durante el siglo XVIII en Europa. Estos principios básicos son los de la libre empresa, la competencia del mercado, gobiernos, que amparen la dinámica de la producción capitalista y una ideología de carácter global que sostiene la necesidad y virtud de la economía de mercado capitalista.

El científico, de origen alemán y radicado en Costa Rica, Franz Hinkelanmert (2005. “El sujeto y la ley”), define el Neoliberalismo como “la sociedad del cálculo”. Para el colombiano Enrique Russel (2006. El discurso teórico del pensamiento neoliberal). El pensamiento neoliberal se sustenta en la idea y creación de una gran sociedad, cuyos principios fundamentales son la libertad económica, de los individuos y el mercado como principal institución económica y social. En tal sentido, el mercado se convierte en la única y exclusiva realidad en el Neoliberalismo. Continúa señalando Dussel, que la condición para el mercado es la libre competencia, vivencia da en la libertad individual, la libertad de la propiedad privada y la libertad de los precios. Por eso, para Dussel, los grandes enemigos del Neoliberalismo son el nacionalismo y el Socialismo. Está basado en un “complejo desarrollo metodológico y teórico”, que relaciona la supuesta superioridad del mercado de la libertad individual y un supuesto orden espontáneo, que brota de la dinámica del mercado.

Para Dussel, el Neoliberalismo posee una misión de lo humano, violenta y agresiva y va en contra de “cualquier tipo de planificación, la justicia social, el nacionalismo constructivo y cualquier tipo de utopía, que no está fundada en el mercado y sus mecanismos”.

2.3 El socialismo: tendencias en siglo XXI

El socialismo del siglo XXI es un concepto ideado por A.V. Buzgalin en una publicación originalmente en ruso en 1996 y en español en el año 2000. En efecto el primer texto sobre el tema no es el de Heinz Dieterich, sino uno del autor ruso titulado "El Socialismo del siglo XXI" (160 pp., Guanabo, Cuba, Enero 20, 2000, Costo 9 euros). El de Heinz Dieterich Steffan, es posterior, a partir de 1996,[1] y muy difundido desde el 30 de enero de 2005, por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez en ese entonces desde el V Foro Social Mundial.

El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI es un socialismo revolucionario que bebe directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y las organizaciones de base. Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI se funda en la visión de Karl Marx sobre la dinámica social y la lucha de clases. Dieterich profundiza la teoría marxista y la actualiza en el mundo de hoy, incorporando los avances del conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la economía política como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una sociedad libre de explotación. Resumiendo, el socialismo del siglo XXI supone que es necesario un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo.

En el marco de la Revolución Bolivariana, Chávez ha señalado que para llegar a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria. Hugo Chávez expresó “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo Chávez “debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”.

En un Aló Presidente en el 2003, Hugo Chávez también presentó la propuesta de Giulio Santosuosso para el Socialismo del Siglo XXI, Socialismo en un paradigma liberal en el cual el autor opina que en el mundo está en curso una extensa realineación ideológica, consecuencia del cambio de paradigma en curso en la economía; el viejo modelo ha muerto, pero todavía no han aparecido los nuevos criterios que permitirán la realineación conceptual.

Para contribuir a la búsqueda de dichos criterios, propone releer la historia de la economía política, porque en su opinión algunos de ellos no logran hacerse manifiestos por confusiones conceptuales en esa disciplina: la primera, ocurrida a lo largo de los doscientos últimos años, identificó al capitalismo con el liberalismo; la segunda, ocurrida en este siglo, identificó al socialismo con el estatismo. Su tesis es que el camino más espedito para alcanzar la sociedad más justa a la que todos anhelamos, se consigue con una alianza entre el socialismo y el liberalismo, una vez que el socialismo haya dejado a un lado al estatismo y el liberalismo haya dejado a un lado al capitalismo.

2.4 Nuevo orden mundial

Tras la finalización de la Guerra Fría, se abogó a través de diversas formas por un nuevo orden. Por nuevo orden mundial, entendemos al sistema de relaciones internacionales aparecidos tras la caída de la Unión Soviética. Noam Chomsky ha estudiado el tema con detenimiento y ha llegado a la conclusión de que el nuevo orden mundial, al igual que el viejo, se encuentra asentado sobre la desigualdad, la hipocresía, el racismo y el colonialismo. “Por ello tiene su mérito describir el orden mundial, viejo o nuevo, como “la reglamentación de la piratería internacional””.

El nuevo orden se diferencia fundamentalmente del antiguo por no existir ya dos superpotencias líderes de los dos grandes bloques de poder, pues ahora el capitalismo parece alcanzar indiscutiblemente la primacía mundial. Es la era de la globalización neoliberal, de la occidentalización intensificada, del discurso único. Y esta era resulta muy interesante para estudiar, pues en ella, aparentemente tendiente a la unificación mundial sobre la democracia burguesa-occidental y el libre mercado, se observan antagonismos y contradicciones inherentes a la propia naturaleza del fenómeno. Justamente, en febrero de 1990, el Comité Internacional de la IV Internacional explicó que la desaparición de la URSS significaba el fin de la época postguerras, pues, en ésta, los antagonismos fundamentales se habían mantenido aplacados bajo el peso de varias estructuras político-estatales, pero a partir de dicho acontecimiento había surgido una época que sería testigo del choque abierto de fuerzas clasistas antagónicas.

Hoy en día, podemos considerar como virtualmente acabada la discusión que se dio en la última década del siglo XX, donde se debatía, desde la izquierda, sobre la realidad –o no- de la globalización en el nuevo orden mundial como un salto en la evolución histórica del sistema de producción capitalista. No debemos olvidar que, en los ’90, había quiénes la consideraban desde “un mito”, hasta “nada más que imperialismo”. Marta Harnecker, Hirst y Thompson son algunos de los autores englobados en esta línea. Pero, quiénes opinaban en este sentido, lo que lograban demostrar en su teorización no era la inexistencia de la globalización como etapa del sistema capitalista, sino los antagonismos y contradicciones inherentes a aquella. También hubo quienes, como James Petras, consideraban a la globalización únicamente como el resultado perverso de las políticas neoliberales de ciertos gobiernos de derecha.

Pero ¿Qué es la globalización?

Definir a la globalización resulta una tarea ardua, puesto que existe una amplia variedad de significados del fenómeno, con variaciones no únicamente formales entre sí.

“La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales”.

No obstante, hoy prácticamente nadie deja de aceptar y considerar a la globalización, en el marco del nuevo orden mundial, como una etapa particular de la historia del capitalismo, verdadero salto en la concentración mundial del capital, resultando un proceso cargado de antagonismos y contradicciones.

Las aspiraciones del presente siglo parecen muy claras para algunos países, pero, para otros, tan ambiguas como en el siglo pasado. Países como China, Brasil, España, por mencionar algunos, han definido un proyecto de nación sólido que se ha visto reflejado en su desarrollo exterior, y tal pareciera ser el camino para enfrentar un siglo XXI que inicia con incertidumbre y paradigmas en ruptura. Rusia, como observamos, retoma el liderazgo, al menos en la región euroasiática, que antaño había perdido tras la conclusión de la Guerra Fría; regiones como Latinoamérica, caracterizadas por el arribo gobiernos de izquierda en la última década, creyentes en la necesidad de un Estado más fuerte, obligan a replantearnos qué tanto pueden variar las políticas públicas de estos países para cambiar retos históricos como la desigualdad y el subdesarrollo. La fortaleza de China y su avasallante expectativa como potencia para el siglo XXI, sólo vino a ser confirmada por los especialistas que ofrecieron su opinión en dicha área. Por otra parte, independientemente de las diversas posturas acerca de la configuración del orden, la trayectoria de muchos países de políticas globales hacia modelos regionales de desarrollo es un elemento que, para muchos, ha marcado la diferencia del desarrollo de las naciones. Sin lugar a dudas, la información que aportaron los diferentes especialistas abre el abanico de posibilidades a más cuestionamientos e inquietudes acerca del futuro del sistema internacional. No obstante, en un aspecto se puede concordar, y es el hecho de que vivimos en un orden mundial cambiante.

La globalización imprimió en las democracias la concepción de los intereses privados como beneficiarios a la sociedad. En las democracias el principio de ciudadanía implica soberanía popular y ésta supone participación ampliada y variada. Fenómenos como la desesperanza política en los partidos políticos, el absentismo electoral, la corrupción, el fraude fiscal, la falta de debate público ciudadano son síntomas de la inexistencia de la praxis ciudadana, relacionadas a las carencias de identidades y de ausencia de estado. Las democracias actuales se corresponden al modelo de Schumpeter, son democracias del mercado.

Ahora, más que nunca, es fundamental la vigencia de una democracia basada en valores éticos, que la convierta en una forma de vida y no solamente en una forma de gobierno. La necesidad de la transparencia está implícita en el concepto de vida honesta y de democracia y debe estar vigente en todos los actos de la globalización.

Para el analista internacional, Ernst Ultrich la democracia debe de ser reinventada, mediante tres pilares principales. Primero, la forma estatal democrática nacional existente debe de cambiar. Las diferentes naciones cooperan en muchas entidades que los diferentes Estados han acordado(Tribunales de Justicia Intl, Convenios sobre Derechos Humanos y Medio ambiente etc.) necesitamos la democracia estatal, puesto que únicamente ella otorga la necesaria legitimidad para las negociaciones internacionales.

El segundo pilar es la industria privada, que es la que, en gran parte, produce riqueza. Sin embargo hay grandes industrias que contaminan y violan los derechos de sus trabajadores, esto devalúa la democracia, por lo tanto la opinión pública mundial debe de castigar a estas empresas, haciendo valer más la democracia y la justicia, que lo económico.

El tercer pilar es la sociedad civil. La sociedad civil somos todos nosotros, en particular cuando colaboramos con las diferentes organizaciones e instituciones especificas. Estos organismos pueden contribuir a la democratización y concientización de los pueblos.

La cuestión energética ha dramatizado las relaciones mundiales. Y las ha dramatizado hasta el punto más álgido: no es simplemente una cuestión de precios; se trata de la escasez, del agotamiento de un recurso energético, el petróleo, que durante un siglo fue disfrutado a precios impresionantemente bajos por las potencias industriales. El petróleo, no cabe duda, hizo posible el florecimiento de la sociedad industrial, el petróleo hizo posible el progreso, el avance y el bienestar de los países del Norte. El petróleo, a precios tan bajos, movió durante un siglo la maquinaria industrial de los países desarrollados. Este progreso ilimitado y vasto fue subsidiado por los países productores y exportadores de petróleo sin que éstos a cambio utilizaran recurso de tanta significación en su propio progreso y en su propio desarrollo. Un análisis de los

países petroleros y de su economía, después de haber producido petróleo durante más de cincuenta años, es posiblemente la mejor ilustración de lo que aseveramos. Evidentemente es un resultado incompatible este de haber producido tanta riqueza y permanecer aún en etapas preliminares de desarrollo.

Son países que no han conquistado ni el bienestar a que tendrían derecho, ni la estabilidad económica que debería ser consecuencia lógica de tanta riqueza. En el petróleo se concreta o se sintetiza el tenebroso drama de la explotación de que hemos sido víctimas los países del Tercer Mundo, obligados a vender a precios viles nuestro trabajo y las materias primas.

Ha pasado la era del petróleo, proclaman los expertos. Es cierto. Pero es cierto también que el mundo desarrollado, que los países capitalistas que disfrutaron de ese recurso y que conocían perfectamente bien que se trataba de un recurso no renovable, hicieron muy poco por presentarle al mundo alternativas energéticas diferentes a los hidrocarburos.

Lo grave de la situación energética, ahora y en el futuro, radica en las implicaciones que tendrá para el Tercer Mundo la escasez de energía y los precios del petróleo. Las sociedades industrializadas están en capacidad de absorber los altos precios del petróleo, pero para los países en desarrollo los costos de la energía amenazan con detener toda posibilidad de progreso.

"Energía difícil de financiar, explosión demográfica, desempleo, inflación desatada en los centros de poder económico, que va afectando uno tras otro a todos los pueblos en desarrollo, crisis e inestabilidad en los precios de las materias primas, constituyen ahora los factores más característicos del mundo en desarrollo. Si a ellos añadimos las tensiones políticas, la pugna por zonas de influencia, el renacer de la guerra fría, la carrera armamentista de muchos países del Tercer Mundo, los conflictos regionales que este armamentismo aviva y exalta, como en el trágico enfrentamiento entre Irán e Irak. Dos países de la OPEP, dos países donde predomina la misma religión. Conflicto que en lugar de detenerse ha ido complicándose al extremo que parece existir un alineamiento inverosímil entre los países de la sub-región de este Golfo tan vital para el mundo y no sólo para Occidente, debemos concluir en que atravesamos un momento difícil a escala mundial, un momento de tantas tensiones regionales y mundiales que amenaza, si no la paz mundial, enfrentamiento de las súper-potencias, sí amenaza y pone en serio peligro el avance de los países en desarrollo".

UNIDAD I: GENESIS Y EVOLUCION DE LA SOCIEDAD HUMANA: ORIGEN DEL HOMBRE Y EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD.













OBJETIVO DE APRENDIZAJE DE LA ASIGNATURAVincular los aspectos teóricos fundamentales que conforman la sociedad con nuestro desempeño y así, participar de forma activa, consciente y solidaria en proyectos sociales para la transformación de la comunidad y el entorno socio-cultural en que vivimos.

1.1 Origen del hombreLa cuestión del origen del hombre es un tema recurrente que ha intentado ser explicado en todas las culturas. Las explicaciones en ocasiones han sido míticas o religiosas, es decir, precientíficas; y en otras científicas. Respecto a la Arqueología o la Prehistoria la búsqueda del registro fósil de nuestros antepasados ha sido prioritario y ha tenido una gran repercusión social. Esa búsqueda de los orígenes no es exclusiva de una disciplina, sino que ha corrido a cargo de equipos interdisciplinarios, abordándose desde la Biología, la Geología, la Etología, la Antropología, la Prehistoria, la Paleontología. Esos estudios han posibilitado la construcción de marcos cronológicos cada vez más precisos y la consideración de los comportamientos de nuestros antepasados.

Teoría teológica-espiritualista
Afirma que en cada nacimiento es un alma recién creada por las manos de Dios, pasando de un estado invisible, a través del nacimiento, a esta existencia visible; que al fin del corto período de la vida en el mundo material pasa, a través de las puertas de la muerte, al invisible más allá, de donde no vuelve más; que su felicidad o desdicha quedará determinada eternamente por las obras que haya hecho durante el infinitesimal período comprendido entre el nacimiento y la muerte.

Teoría evolucionista
Como evolución se entiende la trasformación de unas especies en otras, mediante los mecanismos de la descendencia, tal y como se puede observar en la documentación fósil o en el registro arqueológico y también en todas las ciencias que tienen como objeto el estudio de las leyes de la genética.
La primera idea del evolucionismo fue formulada a principios del siglo XIX, por LAMARCK, representante de la filosofía zoológica y supuso la formulación de dos factores claves para la evolución: factores ecológicos y factores genéticos, aunque la genética no había nacido como ciencia.

Posterior a esto, será CHARLES DARWIN, a mediados del siglo XIX, quien publique su obra El origen de las especies, donde establece los mecanismos que constituyen el eje fundamental de los estudios evolutivos:

Las teorías evolucionistas suponen que queden establecidos algunos principios como las especies derivan unas de otras, y no son creadas de la nada, así el hombre es un eslabón más de las especies, en concreto el último de los primates, supone también, que se amplia extraordinariamente la antigüedad de la tierra, se destruye el punto de vista teológico y finalista de la cultura, porque los mecanismos de cambio están basados en procesos seculares, materiales y fortuitos.

La doctrina evolucionista ha variado por el avance de la genética, se han planteado tesis como el neodarwinismo y el neolamarckismo, que es el mismo principio pero llevado al extremo por medios matemáticos o genéticos. Estas doctrinas elevan al máximo la importancia del medio físico.

1.2 Evolución de la sociedad humana
La sociedad tiene su origen en el hombre, como exigencia y derivación de su naturaleza social, pero no de manera tal que excluya la intervención de la razón y de la voluntad en el hecho social, es decir, que la naturaleza humana es causa radical de la sociedad.

A partir del análisis que Carlos Marx realizó de la historia de la humanidad, desarrolló una concepción materialista de la historia según la cual los seres humanos cambiaban sus relaciones de producción y por lo tanto el resto de sus relaciones sociales a medida que el desarrollo de las fuerzas productivas exigían el paso de un modo de producción a otro. Los principales modos de producción serían, conceptualmente, el primitivo, el esclavista, el asiático, el feudal y el capitalista. Sin embargo, Marx no utiliza estos conceptos más que como guías para el análisis concreto. Marx concibió el socialismo como la etapa que sobrevendría luego de la superación del modo de producción capitalista, para luego llegar al ideal comunismo pleno.

Modo de producción primitivoPrimer modo de producción en la historia de la humanidad. La base de sus relaciones de producción era la propiedad colectiva de cada comunidad sobre los medios de producción, tipo de propiedad que correspondía a las fuerzas productivas primitivas, sin desarrollar. La debilidad del hombre aislado y la imposibilidad de producir y luchar con la naturaleza individualmente requerían la propiedad sobre los medios de producción y que el trabajo fuesen colectivos. La cooperación simple de los hombres primitivos aparecía como una nueva fuerza productiva. El trabajo del hombre no creaba excedentes por encima del mínimo vital necesario, la distribución de los productos era igualitaria. En consecuencia, no se daban ni la desigualdad de bienes, ni las clases ni la explotación del hombre por el hombre, no había Estado. En el desarrollo del modo de producción de la comunidad primitiva, que representa el período más largo de la historia de la humanidad, se distingue la época de la horda primitiva, durante la cual el hombre aprendió a hacer sencillísimos instrumentos de piedra y a obtener el fuego. Al incrementarse las fuerzas productivas, surgió la división natural del trabajo por el sexo y la edad. La horda primitiva pasa a ser la organización gentilicia de la sociedad. La gens constituía un grupo de hombres que constaba, al principio, de unas decenas de individuos enlazados por vínculos de parentesco consanguíneo en línea materna. En determinada fase, fue la mujer la que ocupó una situación dominante en la comunidad gentilicia (matriarcado); sin embargo, en el decurso del ulterior desarrollo de la economía y de la familia la situación dominante pasó al hombre (patriarcado). Varias geas se unían en una tribu. El progreso de la ganadería, de los oficios y de la agricultura condujo al nacimiento de la división social del trabajo, y, en relación con ello, a la aparición del cambio. El perfeccionamiento gradual de los instrumentos de trabajo, la división del trabajo y el cambio incrementaron la productividad, lo cual permitió obtener medios de subsistencia con el trabajo individual en haciendas familiares. Ello condujo a la descomposición de la gens y a la aparición de la comunidad de vecinos. El nacimiento y desarrollo de la propiedad privada engendró la desigualdad de bienes y, en último término, dio origen a la explotación, o sea, a que unos hombres se adueñaran de los productos del trabajo de otros hombres. Se dejó de matar a los prisioneros y se les convirtió en esclavos. El nacimiento de la esclavitud provocó la descomposición total de la comunidad primitiva. Aparecen la primera división de la sociedad en clases y el Estado. El modo de producción de la comunidad primitiva en distintos pueblos y en dependencia de las condiciones históricas concretas, cedió su lugar al modo esclavista de producción (ver) o al modo feudal de producción.

Modo de producción esclavista
Surge por descomposición del régimen de la comunidad primitiva. El modo esclavista de producción alcanzo su máximo desarrollo en la Grecia antigua y, sobre todo, en la Roma clásica. No todos los pueblos, sin embargo, han pasado por ese modo de producción en su desenvolvimiento histórico. En el régimen esclavista, las relaciones de producción se basaban en la propiedad de los dueños de esclavos sobre los medios de producción y sobre los esclavos considerados como “instrumentos parlantes” sin derecho alguno y sujetos a explotación cruel. El trabajo del esclavo, que tenia un carácter abiertamente coercitivo, se aplicaba en gran escala en los latifundios y la producción artesanal. El dueño disponía no sólo del trabajo, sino también de la vida del esclavo. En la época en que se forma el régimen esclavista, la sociedad se divide en dos clases fundamentales: los señores esclavistas y los esclavos. Para mantener el dominio de los primeros se estructura un aparato de violencia y coerción, el Estado esclavista. En dicha sociedad, al lado de las clases fundamentales, existían campesinos libres, artesanos y mercaderes. Los contingentes de esclavos se nutrían sobre todo mediante las guerras y, parcialmente, con los campesinos y artesanos que se arruinaban. En lo fundamental, la economía presentaba un carácter cerrado, natural, pero aumentó la división del trabajo y el cambio, y ello dio origen a la producción mercantil. La explotación de una importante masa de esclavos creaba el plusproducto (ver), lo cual permitió a la capa alta esclavista liberarse del trabajo físico en la producción material —trabajo que empezó a ser considerado como ocupación indigna de un hombre libre-— y a dedicarse al gobierno, a la política, a la ciencia y al arte. Surge de este modo la oposición entre el trabajo físico y el trabajo intelectual (ver) y nace asimismo la oposición entre la ciudad y el campo (ver). El modo esclavista de producción era progresivo en comparación con el régimen de la comunidad primitiva, dado que la esclavitud hacia posible un mayor desarrollo de la producción. Sin embargo, con el tiempo el régimen esclavista se convirtió en un freno para el desarrollo de la sociedad. Los esclavos no estaban interesados por el resultado de su labor. Bajo la esclavitud se empleaban sólo instrumentos primitivos y la productividad del trabajo seguía siendo baja. Se explotaba a los esclavos de manera tan cruel que su vida era corta, y las fuentes que permitían completar los efectivos necesarios se agotaron. El régimen esclavista entró en el período de crisis. Lo cuarteaban las sublevaciones de los esclavos y la lucha de los campesinos libres contra los dueños de esclavos. El hundimiento del modo esclavista de producción se aceleró debido a los ataques desde el exterior y su puesto fue ocupado por el modo feudal de producción.

Modo de producción asiáticoEste modo de producción fue el desarrollado en algunas regiones de Asia ( Egipto, Persia, ect.) a consecuencia de la desintegración del régimen de comunidad primitiva. Era también llamado régimen despótico-tributario. En las comunidades que vivieron bajo el modo asiático de producción se da la propiedad común de la tierra y otros instrumentos de producción.


•Existe la explotación del hombre por el hombre.

•Existe una clase dominante.

•Está ligado a formas de producción más desarrolladas: agricultura ganadería, uso de los metales, ect.

•Explotación colectiva de comunidades a otras; esta explotación se debe por la guerra, la comunidad vencedora explota a la vencida por medio del pago de tributos o esclavizando a sus miembros para que trabajen las tierras de los vencedores, pero este esclavo trabaja las tierras de la comunidad no de alguien en especial.

En este modo de producción existe un soberano, quien representa toda la comunidad y se encarga de cobrar los tributos y exacciones a las comunidades sometidas, éste recibía el nombre de déspota, de aquí el nombre régimen despótico tributario.

Modo de producción feudalEl feudalismo es un sistema contractual de relaciones políticas y militares entre los miembros de la nobleza de Europa occidental durante la alta edad media. El feudalismo se caracterizó por la concesión de feudos (casi siempre en forma de tierras y trabajo) a cambio de una prestación política y militar, contrato sellado por un juramento de homenaje y fidelidad. Tanto el señor como el vasallo eran hombres libres.

El feudalismo unía la prestación política y militar a la posesión de tierras con el propósito de preservar a la Europa medieval de su desintegración en innumerables señoríos independientes tras el hundimiento del Imperio Carolingio. Este era un sistema natural y cerrado: donde se producía para satisfacer las necesidades del feudo, no para negociar o comerciar.

El sistema feudal se inicia cuando los caballos de guerra eran costosos y su adiestramiento para emplearlos militarmente exigía años de práctica. Carlos Martel, con el fin de ayudar a su tropa de caballería, le otorgó fincas (explotadas por braceros) que tomó de las posesiones de la Iglesia. Estas tierras, denominadas `beneficios', eran cedidas mientras durara la prestación de los soldados. Éstos, a su vez, fueron llamados `vasallos' (sirviente). Sin embargo, los vasallos, soldados selectos de los que los gobernantes Carolingios se rodeaban, se convirtieron en modelos para aquellos nobles que seguían a la corte.

Con la desintegración del Imperio Carolingio en el siglo IX muchos personajes poderosos se esforzaron por constituir sus propios grupos de vasallos dotados de montura, a los que ofrecían beneficios a cambio de su servicio. Algunos de los hacendados más pobres se vieron obligados a aceptar el vasallaje y ceder sus tierras al señorío de los más poderosos, recibiendo a cambio los beneficios feudales. Se esperaba que los grandes señores protegieran a los vasallos de la misma forma que se esperaba que los vasallos sirvieran a sus señores.

La guerra fue endémica durante toda la época feudal, pero el feudalismo no provocó esta situación; al contrario, la guerra originó el feudalismo. Tampoco el feudalismo fue responsable del colapso del Imperio Carolingio, más bien el fracaso de éste hizo necesaria la existencia del régimen feudal. El Imperio Carolingio se hundió porque estaba basado en la autoridad de una sola persona y no estaba dotado de instituciones lo suficientemente desarrolladas.

La desaparición del Imperio amenazó con sumir a Europa en una situación de anarquía: cientos de señores individuales gobernaban a sus pueblos con completa independencia respecto de cualquier autoridad soberana. Los vínculos feudales devolvieron cierta unidad, dentro de la cual los señores renunciaban a parte de su libertad, lo que era necesario para lograr una cooperación eficaz. Bajo la dirección de sus señores feudales, los vasallos pudieron defenderse de sus enemigos, y más tarde crear principados feudales de cierta importancia y complejidad. Una vez que el feudalismo demostró su utilidad local reyes y emperadores lo adoptaron para fortalecer sus monarquías.

•En el feudalismo no se producían mercancías, por lo que casi no se desarrolla en comercio en esta época.

•Las ciudades surgen cuando se desarrollan los burgos a orillas de los feudos.

•La producción artesanal de los burgos se realiza en los talleres artesanales.

•La actividad principal era la agricultura.

•El comercio esta organizado en gildas y los oficios en gremios.

La desaparición de las formas feudales y productividad en los centros artesanales: los burgos, antecedentes de las ciudades, el desarrollo del capital comercial que concentra recursos para ampliar la producción y el comercio, las revoluciones burguesas que acabaron con el poder de los señores feudales instaurando la burguesía y los descubrimientos geográficos fueron parte de los cambios que favorecieron el traspaso del feudalismo al capitalismo.dan paso al modo de producción capitalista.

Modo de Producción capitalista
El capitalismo es sistema económico en el que los individuos privados y las empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los mercados. Aunque tiene sus orígenes en la antigüedad, el desarrollo del capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. Desde Europa, y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socio-económico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual se estableció un nuevo sistema socio-económico, el comunismo, que se convirtió en el opuesto al capitalista.

El capitalismo es un sistema de libre empresa y economía de mercado, que se utiliza para referirse a aquellos sistemas socio-económicos no comunistas. Algunas veces se utiliza el término economía mixta para describir el sistema capitalista con intervención del sector público que predomina en casi todas las economías de los países industrializados.

Se puede decir que, de existir un fundador del sistema capitalista, éste es el filósofo escocés Adam Smith, que fue el primero en describir los principios económicos básicos que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), Smith intentó demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad. Los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los bienes que la gente desea poseer.

Con una frase que se ha hecho famosa, Smith decía que la combinación del interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado llevaría a los productores, "gracias a una mano invisible", a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente: el bienestar de la sociedad.

Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XIII en Europa sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a "realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras". Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII.

Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.

Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo.

Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento.

La producción generalizada de mercancías es una condición indispensable para el desarrollo del capitalismo. Ésta producción ha tenido 3 formas históricos-básicas: producción mercantil simple (producción basada en la propiedad privada y el trabajo personal), la manufactura (producción hecha a mano) y producción maquinizadas (los trabajadores se dedican a un solo proceso), la operación repetitiva del trabajador y de las herramientas trae como consecuencia la maquina que se encarga precisamente de realizar dichas operaciones repetitivas, su desarrollo se dió a partir de la Revolución Industrial. La máquina ha seguido su evuloción hasta llegar a su automatización y la computarización.

•Existencia de la propiedad privada en los medios de producción.

•Desarrollo económico de la cuidad y del campo es desigual.

•Existencia de una anarquía de producción porque cada capitalista decide que, cuanto y donde producir e invertir.

•Existencia de dos clases sociales fundamentales y antagónicas: la burguesia y el ploletariado, de la relación de ambas clases surge y se desarrolla el capital de los burgueses.

•En el capitalismo existe la producción de mercancías dando lugar al desarrollo del comercio.

•La anarquía de la producción produce crisis periódicas.

El sistema capitalista ha atravesado dos faces históricas: premonopolista o de libre competencia, la cual se basa en la competencia entre los capitalistas y cuyas formas de producción de mercancías fueron la porducción mercantil simple y manufactura e imperialismo o monopilista el cual era llamado fase superior del capitalismo, es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero.

El socialismo:
El socialismo es el modo de producción que se desarrolló en el siglo XX, el cual designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del capitalismo.

Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento evolucionó y creció, el concepto de socialismo fue adquiriendo diversos significados en función del lugar y la época donde arraigara.

Los pensadores se oponían al capitalismo por razones éticas y prácticas. Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores, los degradaba, transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a los ricos incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hundían en la miseria. Mantenían también que el capitalismo era un sistema ineficaz e irracional para desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad, que atravesaba crisis cíclicas causadas por periodos de superproducción o escasez de consumo, no proporcionaba trabajo a toda la población (con lo que permitía que los recursos humanos no fueran aprovechados o quedaran infrautilizados) y generaba lujos, en vez de satisfacer necesidades. Los socialistas compartían con los liberales el compromiso con la idea de progreso y la abolición de los privilegios aristocráticos aunque, a diferencia de ellos, denunciaban al liberalismo por considerarlo una fachada tras la que la avaricia capitalista podía florecer sin obstáculos.

En 1917 surgió la primera nación que se desarrolló bajo éste modo de producción: la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).

Entre las características del modo productivo socialista destacan:

•La Existencia de una planificación central de la producción, desapareciendo la anarquía del capitalismo.

•En el socialismo no hay crisis económicas, por la planificación deacuerdo a las necesidades.

•La existencia de diferencias sociales aunque ya no son antagónicas.

•En el socialismo se produce satisfactores y dejan de producir mercancías.

•La busqueda de la satisfacción de las necesidades sociales y no la obtención de ganancias.

•La planificación elimina el desempleo y la inflación.

Los cambios y apertura de los países socialistas se destacan en algunos cambios como: los precios se rigen por la oferta y la demanda, fomento a la inversión privada incluyendo la inversión extranjera y el desarrollo de la propiedad privada sobre los medios de producción.

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